Después de más de tres décadas instalando y calibrando básculas industriales en Bilbao, cualquier asunto referente a las pesas y medidas termina siempre por llamar tu atención. Así, no puedes más que dar gracias por dedicarte a esta tarea ahora que el sistema métrico está impuesto y arraigado en todo el territorio español. En España, esta unificación tuvo lugar bajo el reinado de Isabel II. Hasta entonces, el peso de las mercancías se calculaba en libras, onzas, adarmes, quintales o arrobas.

El principal inconveniente es que no se trataba de medidas uniformes. En cada una de las provincias la libra tenía un valor diferente. Así, por ejemplo, una libra en Alicante equivaldría a 0,533 Kg actuales, mientras que en Huesca sería de 0,351 Kg. Habría que compadecerse de quienes tuvieran que calibrar básculas industriales en Bilbao, aunque casi mejor habría que decir de carros.

En términos generales, cada libra se dividía en 16 onzas, y cada onza, en 16 adarmes. 25 libras equivalían a una arroba y cuatro de éstas formaban un quintal. Hacían falta 20 quintales para tener una tonelada. El proceso de unificación de los pesos en España no fue sencillo. Tres años al menos tardaron los legisladores en establecer las equivalencias de las unidades utilizadas en cada provincia con el nuevo sistema métrico, hasta que la Real Orden de 9 de diciembre de 1852 establecía la equivalencia e un kilogramo en libras, onzas y adarmes ara cada provincia.

Actualmente, con la implantación casi mundial del sistema métrico decimal, los procesos de calibración son prácticamente iguales en todos los países, así que, cuando los técnicos de General de Pesaje Vizcaína acudimos a revisar nuestras básculas en otros países, el proceso es muy sencillo, salvo cuando viajamos a Gran Bretaña o EE UU, pero eso lo contaremos otro día.